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Tratamiento

¿Se puede tratar el glaucoma?
Sí. El tratamiento inmediato en la primera etapa del glaucoma de ángulo abierto puede demorar el progreso de la enfermedad. Por eso es muy importante que el glaucoma se diagnostique a tiempo.
El tratamiento para el glaucoma incluye medicamentos, cirugía láser (trabeculoplastia), cirugía convencional o una combinación de cualquiera de estos métodos. Aunque estos tratamientos pueden proteger la vista que le queda, no mejoran la vista que ya haya perdido por el glaucoma.

Medicamentos
Comúnmente los medicamentos, sea en forma de gotas para los ojos o de pastillas, se usan primero para tratar el glaucoma. Algunos de estos medicamentos hacen que el ojo produzca menos líquido. Otros medicamentos ayudan a drenar el líquido del ojo bajando así la presión del ojo.

Antes de que comience el tratamiento para el glaucoma, infórmele a su oculista si está tomando otros medicamentos. Algunas veces las gotas de los ojos pueden interferir con la manera en que los otros medicamentos funcionan.

Los medicamentos para el glaucoma se toman o se usan varias veces al día. La mayoría de las personas no tiene problemas con el tratamiento. Sin embargo, algunos medicamentos pueden causar dolores de cabeza u otros efectos secundarios. Por ejemplo, las gotas para los ojos pueden causar ardor, quemazón y enrojecimiento de los ojos.
Hay muchos medicamentos disponibles para tratar el glaucoma. Si usted tiene problemas con uno, avísele a su oculista. Puede haber un tratamiento diferente ya sea cambiando la dosis o usando un nuevo medicamento.

Ya que el glaucoma frecuentemente no tiene síntomas, algunas personas pueden estar tentadas a dejar de tomar sus medicamentos o simplemente se olvidan de hacerlo. Es necesario que continúe usando las gotas o tomando las pastillas mientras que éstas le sigan ayudando a controlar la presión del ojo. El uso regular es muy importante.

Trabeculoplastía con láser

La cirugía láser, o trabeculoplastía con láser, ayuda a que drene el líquido del ojo. Su oculista le puede sugerir este procedimiento en cualquier momento. En muchos casos, usted tendrá que seguir usando medicamentos para el glaucoma aún después de hacerse esta operación.

La trabeculoplastía con láser se realiza en el consultorio de su médico o en una clínica oftalmológica. Antes de la cirugía, le pondrán unas gotas para adormecerle el ojo. Mientras que usted esté sentado de frente de la máquina de láser, su oculista sostendrá un lente especial delante de su ojo. Un rayo de luz de alta intensidad es dirigido al lente y éste se refleja en la malla dentro del ojo. Usted podrá ver destellos de luces verdes o rojas. El láser hace varias quemaduras a distancias iguales, que agrandan las aperturas de filtración en la malla. Esto ayuda a mejorar al drenaje del líquido del ojo.

Como cualquier cirugía, la cirugía láser puede tener efectos secundarios como la inflamación. Su oculista le puede recetar unas gotas para llevar a casa para el dolor o la inflamación dentro del ojo. Usted deberá hacer varias visitas de seguimiento a su oculista para vigilar la presión del ojo.

Si usted tiene glaucoma en los dos ojos, solamente se le tratará un ojo a la vez. La cirugía láser de cada ojo se hace con varios días o semanas de diferencia.

Los estudios demuestran que la cirugía láser es muy eficaz para reducir la presión en algunos pacientes. Sin embargo, los resultados de la cirugía pueden desaparecer con el tiempo. Su oculista le puede sugerir tratamiento adicional.

Cirugía convencional

En la cirugía convencional, se hace una nueva apertura para que el líquido pueda salir del ojo. Su oftalmólogo le puede sugerir este tratamiento en cualquier momento. La cirugía convencional generalmente se hace cuando los medicamentos y la cirugía láser no han podido controlar la presión del ojo.

Antes de la cirugía, le darán medicamentos para ayudarle a relajarse. Su oculista le pondrá unas inyecciones pequeñas alrededor del ojo para adormecerlo. Le quitarán un pedazo pequeño de tejido del ojo para crear un nuevo canal por el cual drene el líquido del ojo.

Durante varias semanas después de la cirugía, usted deberá ponerse unas gotas en los ojos para evitar la infección y la inflamación. Estas gotas son diferentes a las que usaba antes de la cirugía.
Al igual que con la cirugía láser, la cirugía convencional se hace en un solo ojo a la vez. Generalmente las cirugías se hacen con un período de cuatro a seis semanas de diferencia entre una y otra.
La cirugía convencional es eficaz en un 60 al 80 por ciento para reducir la presión del ojo. Sin embargo, si la nueva apertura para el drenaje se obstruye, tal vez sea necesaria una segunda operación. La cirugía convencional es más eficaz si usted no ha tenido ninguna operación previa de los ojos, tal como una operación de cataratas.

En algunos casos, la visión no será tan buena como lo era antes de la operación. La cirugía convencional puede causar efectos secundarios incluyendo cataratas, problemas en la córnea, e inflamación o infección dentro del ojo. La acumulación del líquido en el fondo del ojo puede hacer que algunos pacientes vean sombras. Si usted tiene alguno de estos problemas, avísele a su oftalmólogo para que le recomiende un plan de tratamiento.

¿Cómo colocarse las gotas?
La efectividad de la medicación que su oftalmólogo le prescribió puede verse reducida si usted no coloca correctamente las gotas. Asimismo, una correcta aplicación de las gotas ayuda a reducir los efectos adversos, tanto locales como generales. Las siguientes recomendaciones lo van a ayudar a colocarse las gotas correctamente.

Primer paso: lávese las manos.
Segundo paso: agite el frasco.
Tercer paso: luego de destapar el frasco, tómelo con su mano hábil.
Cuarto paso: con el dedo índice de su otra mano baje el párpado inferior para formar un espacio donde colocar la gota.
Quinto paso: posicione el frasco sobre el ojo (sin tocarlo) a la altura del espacio recién formado y apriete el frasco hasta que caiga una gota.
Sexto paso: una vez colocada la gota cierre suavemente los ojos (si los cierra fuerte va a expulsar la gota), y comprima el ángulo interno del ojo por unos tres minutos.

Esto ayuda a reducir la absorción de las gotas a través de los conductos lacrimonasales, disminuyendo la posibilidad de tener efectos adversos.
Utilice un pañuelo de papel o un algodón para secar inmediatamente el exceso de gota y evitar que contacte la delicada piel de los párpados.

Recuerde:

  • Evite tocar la punta del frasco con la piel o el ojo dado que podría contaminarse el contenido del frasco.
  • Si utiliza más de una medicación, espere al menos diez minutos entre una gota y otra.
  • Si no está seguro si la gota entró o no, coloque otra. Es importante asegurarse que la gota entre en contacto con el ojo. A veces la gota cae sobre la piel y no sobre el ojo, y el paciente podría interpretar erróneamente que la gota entró en el ojo.

¿Qué puedo hacer si por causa del glaucoma ya he perdido parte de mi visión?
Si usted ha perdido parte de su visión por el glaucoma, pregúntele a su oculista sobre los servicios y aparatos para la baja visión que le puedan ayudar a utilizar mejor la visión que le queda. Pídale que lo refiera a un especialista en baja visión.

Muchas organizaciones y agencias en la comunidad le pueden ofrecer información sobre los servicios de asesoramiento para la baja visión, entrenamiento y otros servicios especiales para personas con deterioro visual. Alguna escuela de medicina o de optometría cercana puede proveerle servicios de baja visión.